Queremos hacer eco de las representaciones que han tenido lugar este mes de mayo de 2010, de la ópera «Le Grand Macabre» de György Ligeti, en Nueva York, a cargo de la New York Philharmonic. Esta ópera parece ser fuente de inspiración para la creatividad de muchos directores escénicos, ya que dadas sus características musicales y argumentales, permiten y estimulan toda clase de curiosidades para su puesta en escena.
En este primer video vemos las explicaciones acerca del montaje, que dan su director, Douglas Fitch y el productor Edouard Getaz.
Antes de ver alguna muestra de dicha producción, hacemos un breve resumen del argumento.
«Le Grand Macabre» (El Gran Macabro) es una ópera del compositor húngaro György Ligeti (1923-2006), con libreto de Michael Meschke, basado en un relato de Michael de Ghelderode.
Es una de las óperas de más relevancia del último cuarto del siglo XX. Se estrenó en 1978 en Estocolmo, por encargo de la Ópera de la ciudad, y en lengua sueca.
La música es deliberadamente grotesca por momentos, con claras disonancias y un empleo de los más variados instrumentos de percusión, a los que se suman cláxones de coche, timbres o sartenes, que producen sonidos salvajes en fuerte contraste con el acendrado lirismo de otros pasajes.
Se sitúa en una época legendaria y en un entorno que recuerda los cuadros de Peter Brueghel, de hecho, el reino donde sucede la acción se llama Breughelland. Allí gobierna el príncipe Go-Go, comilón y bebedor empedernido. Nekrotzar, el Gran Macabro, sale de su tumba para destruir el mundo, ayudado por Piet von Fass, un borrachín inofensivo. En un arranque de furia, Nekrotzar muerde a Mescalina, esposa ninfómana des astrólogo Astradamor. Nekrotzar con Piet y el astrólogo van al palacio del príncipe Go-Go, al que Mescalina, que ha sobrevivido al mordisco, reconoce como a su primer marido. Sale el sol, Nekrotzar desaparece y el apocalípsis anunciado no llega finalmente.
El ritmo de esta ópera raya en lo alucinante y ligeti hizo contínuas alusiones a la música de autores como Monteverdi, Rossini y Verdi, y el segundo acto que tiene lugar en el palacio del príncipe tiene el soporte del tema Prometheus de la Heroica de Beethoven.
Para conocer más acerca de esta producción
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